Thursday, October 20, 2011

Nobody loves noone.



The world was on fire and no one could save me but you.
It's strange what desire will make foolish people do.
I never dreamed that I'd meet somebody like you.
And I never dreamed that I'd lose somebody like you.

No, I don't want to fall in love.
This world is only gonna break your heart.
No, I don't want to fall in love w
ith you.
This world is only gonna break your heart.
This world is only gonna break your heart.

What a wicked game to play, to make me feel this way.
What a wicked thing to do, to let me dream of you.
What a wicked thing to say, you never felt this way.
What a wicked thing to do, to make me dream of you.

The world was on fire and no one could save me but you.
It's strange what desire will make foolish people do.
I never dreamed that I'd love somebody like you.
And I never dreamed that I'd lose somebody like you.

Sunday, October 16, 2011

Strings.

Be still my love;
The winter is here still,
And my heart is cold.
The sun is warm.
What if it warms me back
Into the fool I used to be,
I used to be, but now...
Hold on my love,
It won’t be long
Before my heart is healed.
As time has come and gone,
And you remain still, I heal.
I’m almost there,
I’m almost there,
But still...
I got a heart full of strings,
I got a heart full of strings!
Be gentle they break easily;
I know, I’ve healed them before.

Strategies

Duele ya no ver, ya no oír nada. Pero a la vez me trae paz. Cuántas veces habré querido sentir la tranquilidad que siento ahora y sin embargo en este momento me preocupa. Es la calma antes del huracán, aquella que da indicios de lo que se avecina. Qué decir, cómo actuar, hasta qué ponerme medito, sin llegar a nada. Me escondo en emociones vacías; tomo, fumo y duermo para ver si así se me pasa esa cara de preocupación constante que todos me dicen tener. Duele que todo lo que leo tiene un vestigio de lo que fue, de lo que fui. Yo se que no soy suficiente. Por lo menos no ahora. Yo se que no estoy preparada, por lo menos no hoy. Yo se que no se quién soy, qué soy. Pero se qué no soy: no soy nadie más que yo, con mis problemas y conflictos como todos, pero sin una manera segura de llevarlos a flote. ¿Qué hago sin una estrategia, un plan, un método de solucionar las cosas que me pasan, cómo hago sin eso? Porque ya es enfermizo tener que cruzar los ojos para no ver lo que está en frente mio, para ver que fui desplazada del lugar que creía ocupar, que fui siempre un adorno. Que no puedo ser otra cosa a menos que de un día para otro tenga los proyectos e ideas de una mujer de veintiséis; cosa que el día de hoy creo imposible no solo porque no me creo capaz de madurar tan rápido, sino también porque no pretendo hacerlo. ¿Está mal?

Sunday, October 9, 2011

Duele (bis).

Es irónico que la última vez que use mi blog para expresar lo que sentía, estaba casi en la misma situación en que me encuentro hoy sentada acá, intentando armar oraciones completas, llenas de sentido que le den una explicación a mi dolor. De todos modos, hoy duele más, por el solo hecho de saber que ya todo terminó; si antes anhelaba la reconciliación, que fue posible, hoy me dejo de ilusiones tontas para intentar convencerme de una vez de las palabras que dije, leí y escuché. Esas mismas palabras que me convencieron de que la decisión de seguir adelante separados iba a ser lo mejor y que ahora me duelen profundamente.
Esta vez, este segundo tropezón trajo a mi vida una nueva división de poderes en mí que antes se habían llevado bastante bien y nunca me trajeron problemas mayores. Por un lado está mi cabeza, que siempre, o casi siempre, me llevó por el buen camino y que ahora, aprovechándose de la rabia y la angustia que tengo, producto de lo que pasó, intenta convencerme de que me aleje, de que yo no estoy para estas cosas, que tendría que esperar algo mejor o no esperar nada. Generalmente no necesito que nadie me convenza de las cosas que me pasan o tendrían que pasarme; mi cabeza cumple esa función de manera excepcional. Siempre supo aconsejarme y obligarme a hacer cosas que son para mi bien. Incluso me ayudó a sobrellevar la mayoría de mis fracasos amorosos cuando eran contundentes las razones por las cuales éstos habían fallado.
Por otra parte está mi corazón; bastante poético tengo que ponerlo pero bueno, es lo que hay. Nunca fui de hablar del corazón ni de lo que llevo en él, ni mucho menos.. Siempre lo consideré el órgano más importante de mi cuerpo, no un relicario, por lo tanto, lo que llevo en él sería completamente figurativo, o tendría que decir que llevo sangre, que tampoco quedaría muy bonito. Si hablamos poéticamente, siempre llevé en mi corazón a esas personas que por más que alguna vez me fallaron o ya no están en mi vida por cualquier razón que pueda llevar a eso, formaron parte de ella en algún momento y le aportaron esa cuota de alegría que cada persona que me rodea siempre tiene para dar. Es por eso que ahora es él quien me traiciona, porque ocupaste tanto, pero tanto lugar en ese corazón figurativo, que ahora no puedo parar de sentir que el vacío que dejás es imposible de tapar.  ¿Qué estaríamos haciendo nosotros con un domingo lluvioso como éste? ¿A dónde estaríamos nosotros hoy, entonces? 
Lo peor de todo es que con vos me pasó y me pasa algo que jamás me había ocurrido y es el hecho de sentir muchísima culpa por que me duelan estas cosas. A veces, cuando me decís, (mejor digámoslo en pasado, porque no se si me lo vas a volver a decir, lo más probable es que no) me decías, corrijo entonces, que no podías creer lo que te estaba diciendo, de lo que yo me quejaba, me sentía como una loca, una marginada; ¿acaso soy yo la única que piensa así? ¿Tan errada estoy? Es por eso que siento culpa, porque termino creyendo que las decisiones que tomo no tienen bases, y es todo por culpa de mi corazón que hace que te extrañe, que te necesite, que no pare de pensar en todo lo que pasamos juntos, que mire las fotos que tenemos juntos y que me duela borrar esos detalles que hacían a nuestra relación. Algunos dicen que este tipo de relaciones no se olvidan, sino que se superan, y yo creo que eso es lo que finalmente me va a ocurrir, pero para eso tendría que dejar pasar quién sabe cuánto tiempo. La realidad es que mi corazón no puede parar de gritarme que te amo, y que te necesito, y mi cabeza le discute que no nos podríamos llevar bien y todo el resto de cosas que son las razones por las cuales decidí terminar la relación. Ese choque constante de razón y sentimiento (que irónicamente alguna vez te expliqué, contándote lo que había visto en la facultad algún sábado) me va a terminar volviendo loca si no me mata de dolor antes. Por momentos intento darme la razón en cuanto a las razones por las cuales terminó todo, y después me gana el dolor que siento por la falta que me hacés y empiezo a llorar, y lloro hasta dormirme. Al día siguiente me levanto llena de bronca y angustia, lo cual me ayuda a continuar con mi vida porque del enojo que tengo puedo sacar conclusiones que hacen mi día mas llevadero. Darme la razón, complacer a mi cabeza me sirve a veces para olvidar lo que siento, por lo menos por un rato, para poder mantener una charla en la que vos no seas objeto de discusión. Me dijiste que los que me habían dado la razón intentaban complacerme. Me dolió. ¿Acaso estoy rodeada de mentirosos complacientes? ¿Será que cada palabra que me dijiste quedó grabada en mi memoria y la tuerzo tanto que termina sonando horriblemente dolorosa? ¿Por qué me duele todo? El cuerpo, la cabeza, los ojos, el corazón, el alma. Me duele el celular y la computadora. Me duelen las redes sociales y me duele tu nombre en lugares donde no va a volver a resaltar nunca más. Me duele tu cara sonriéndome. Me duelen tus labios besándome en esas fotos que fueron hermosas y ahora actúan de flechas. Me duelen porque recuerdo cada abrazo que me diste, cada "te amo" que pronunciaste al mirarme fijo. Me duele cada proyecto imaginario que tuvimos, las imágenes que me hice en la cabeza de nuestra vida futura. Ya sé, una pendeja idiota. ¿Qué clase de persona con diecinueve años se pone a soñar con su casa, su marido, hijo y perro? Nunca voy a entender bien qué soy. Siempre me dijeron: grande para algunas cosas, chica para otras. ¿Cuándo voy a ser lo suficiente grande para todo? ¿Cuándo voy a dejar de sentir que espero mucho de todos? Quizá nunca. Ése es el problema. 
Quizá no tendría que haberme molestado tanto lo que pasó.. no lo sé. Acá tenés un claro ejemplo de lo que causa mi corazón al extrañarte: dudas, dudas y mas dudas. Incertidumbre, preguntas sin respuesta, tristeza. ¿Cómo hago yo para acostumbrarme a eso hasta dejar de sufrir?
A lo mejor al llegar hasta este punto ya me odies tanto que nunca llegues a leer esto, cosa que en realidad me daría un poco de verguenza, porque no le dije ésto a ninguno de mis amigos; no les conté que te amo a pesar de todo, de que estoy todo el día a centímetros de mandarte un mensaje diciéndote que hablemos, que me perdones por haberme enojado así, todo por culpa de mi corazón, al cual mi cabeza termina callando, por miedo a tenerte harto de mí, de mis problemas y caprichos, histerias y locuras. No les conté con lujo de detalle tampoco lo que pasó; no quería que se formaran una mala opinión de vos. Cuando digo esto me dan ganas de gritarme: "¡Qué ilusa!, si a él no le importás. Sos una idiota, pensando todo el tiempo en comunicarte con él, ¡dejalo tranquilo! Él ya se cansó de vos. Ahora te toca a vos acostumbrarte a lo que elegiste."
No te das una idea de lo que duele acostumbrarme a lo que elegí. Sé que es para mejor, pero está costando que llegue ese "mejor"... yo se que no lleva dos o tres días, ni un mes. ¿A quién le hago caso entonces? ¿A mi cabeza o a mi corazón?