No recuerdo bien como comenzó, pero si sé que comenzó, y cambió mi vida. Cambió mis costumbres, mis hábitos, mi ánimo, mis gestos, modificó mi forma de ver al amor, a la paciencia y a la constancia. Me hizo volver a sentir esas cosas que no creí volver a sentir por mucho tiempo, y de a poco me hizo ver que en realidad necesito tener a alguien a quien cuidar, y me hizo notar que podría ser él quien ocupe mis horas, por el cual yo me preocupe y arregle. No fue algo instantáneo, más bien podría decir que fue progresivo. Quizá no deberia haber intentado entrar tan profundo en su vida, creo que me habría ido mejor. Pero, no significa que eso es lo que yo prefiera. Solo cambiaría una cosa, mi forma de querer, o mejor dicho, la forma en la que crece incomparablemente mi cariño cada día hacia él. Y es que no puedo detenerlo, y aumenta cada día más, y ya no comprendo que hacer ni a donde continuar, porque por un lado quiero terminarlo, y por el otro quiero seguir hasta lograrlo. Mi mente se divide en dos, y dos pensamientos opuestos se enfrentan y causan mi colapso psicológico. No puedo evitar sentir que nunca podré llegar a tenerlo en mis brazos pudiéndolo llamar enteramente mío, pero es que me niego a aceptar que no es mío, y se suma que existe algo, pero muy ligero, como pluma. Un puñado de besos y abrazos que logré compartir con él, son los hechos que mantienen mi fe y mi esperanza, aquellos que de vez en cuando me sacan una sonrisa, y otras veces derraman mis lágrimas. Sé que quizá no debería llorar tanto, pero es que me destroza ver que no puedo aún ocupar el lugar que querría y me hace peor aún pensar que jamás llegaré a ser yo quien lo contenga, quien bese sus ojos para que duerma en mi pecho, quien lo espere y lo haga feliz, a quien bese y con quien comparta esos momentos dignos de recordar.
Amaría poder verlo sonreir a mi lado, tomarlo de la mano y poder decir orgullosamente que soy suya y que él forma parte de mi vida. Pero lamentablemente aún debo conformarme con recuerdos y palabras.Y es que yo no crecí de esa manera, no aprendí eso cuando me enseñaron a conseguir lo que yo deseaba. Él rompió todos mis esquemas, me desarmó y me dejó indefensa. Cerca suyo no puedo pensar en otra cosa más que en ser de su mano, de su corazón. No puedo mantenerme en pie, me tiembla el cuerpo cuando lo siento más cerca de lo normal. Me levanto pensando en él y hasta en sueños lo veo, no quiero sonar obsesiva pero es que ocupa el 99% de mis horas y llegaría a decir que me afecta y mucho. No puedo concentrarme, no puedo estar tranquila, no puedo mantener la calma si no hablo con el, si no veo que todo funciona, que las cosas siguen su curso, como corresponde, es que ya no puedo vivir si no observo ningun progreso.
He buscado muchisimas soluciones a este problema, pero es que quizá no hayan funcionado por el solo hecho de que yo no quiero que funcionen. ¿Quién tiene la solución para un conflicto de intereses entre Corazón y Mente? En una esquina, lo que me mantiene viva, lleno de ira, de furia, de frustración, de amor y ganas de desenamorarse, lleno de ideas, ternura y paciencia. En la otra esquina, esa parte de mi, que me mantiene en pie, llena de sentido común y pensamientos correctos, modales y costumbres, llena de miedos incomparables y de estrategias de combate. Dentro de mí se libra una lucha digna de dioses, y es que ni el mismo olimpo cobijaría semejante situación. Ya no puedo más soportar todo esto, soy un gran manojo de inseguridades, problemas, miedos, ganas, paciencia e impaciencia, que atormentan mis días. Incluso el sol más brillante podría tapar con un dedo alguien que debiera pasar por lo que hoy paso yo.
Me intriga saber, me fascina informarme acerca del por qué. De por qué mi maldita obseción con este amor tan complicado no se desvanece tan simplemente como un parpadeo. ¿Es que no podría ser más facil? Ya encontré mil soluciones, mil formas de acabar con todo esto, mil tecnicas para olvidar y otras tantas para no hacerlo, hasta comencé a leer un libro titulado "Cómo desenamorarse", decidí tomarme la decisión de desenamorarme muy en serio, pero teniendo presente siempre el maldito eco que resuena en mi mente, ese odioso te amo, que surje solo cuando hablo con él, cuando lo veo, cuando lo siento cerca y no puedo contenerme y romper mis promesas. Desearía que fuera muchísimo mas fácil poder solicitar blancos en mi memoria, por aproximadamente cuatro meses, y poder comenzar de nuevo sin este vacío existencial. Soy en este momento un gran Ying-Yang, me divido en dos, mi parte fuerte y mi parte débil, la parte que lo desea y la que lo rechaza. Izquierda y derecha, por dios, es un enfrentamiento de moléculas, que causa estos malditos altibajos, mis ataques de ansiedad que se relacionan estrictamente con todo lo que pasa por mi mente. Y a pesar de pasar por mi mente, no puedo evitar filtrarlo por mi corazón y decidir que no es momento de desechar todo el trabajo hecho, aún. Cómo ser fuerte por fuera si por dentro libro una batalla en contra mío. Y es que aún no he dicho lo peor, y es que no se que camino tomar, porque no puedo poner en la balanza ninguna de las dos posiciones ya que están ubicadas en dos partes distintas de mi cuerpo. Mi mente me indica que debo olvidarlo, que es caso perdido, que no tiene ningun sentido nadar contracorriente y que tarde o temprano colapsaré de forma descomunal. Pero hay algo dentro de mi corazón que me señala que aún puedo, que tengo una pequeña chance de ser feliz como yo lo decido. La realidad es que a veces solo veo lo que quiero ver, y en este momento solo lo veo a él sentado a mi lado, siendo mío. Y es que odio pensar de esta forma, tan egoísta y tan odiosamente, que yo podría cuidarlo mucho mejor si lo tuviera a mi lado. No puedo evitar sentir que tengo todas las armas para ser una perfecta compañera, y pido disculpas si suena atrevido, pero solo siento que no hay nadie que pueda comparar el cariño que sería capaz de dar si se me diera la oportunidad. No lo dudo. Solo sé muy dentro de mí, que como yo no existen dos, y odio sentir que no podré nunca demostrar de lo que soy capaz. Ya no existen chicas como lo soy yo, o al menos no conozco. Si me lo propongo llego a ser la persona más sensible, la más responsable, la más fiel, menos celosa, más comprensiva, más confiable y hábil para guardar secretos. Me creo una persona muy buena escuchando y quizá incluso dando consejos. Pero a esta altura, creo que he tomado una decisión, luego de cuatro meses de trabajo de hormiga, creo que lo mejor, sería dejar de mencionar mis cualidades y remarcar mis defectos. La realidad es que no se cuando decir basta, soy demasiado perfeccionista, y cuando me propongo algo lo consigo. Es por esta ultima razón que estoy tan destruída. Porque ya no encuentro solución, no puedo intentar girar el mundo para poder observar el lado oscuro de la luna, al fin y al cabo, será de noche, pero la luna será la misma. He decidido olvidar para continuar. Sé que quizá no responda a mis principios, los cuales siempre respeté, ni tampoco a la educación que mis padres me dieron en cuanto a ser positiva y objetiva. Ya no puedo mirarlo con los mismos ojos con los que lo miraba al ser su amiga, pero puedo evitar mirarlo. Ya no puedo borrarlo de mi corazón, pero puedo cubrirlo. Ya no puedo eliminar de mi mente todos los recuerdos donde él es protagonista, pero puedo archivarlos muy dentro de mi memoria, o incluso intentar que otros recuerdos no tan importantes, cambien de prioridad para poder opacar todo lo que compartí con él.
Es probable que más adelante, o incluso dentro de pocos días me arrepienta de ésta decisión de olvidarme, y también existen altas probabilidades de que no sea capaz de cumplir con el olvido que me propuse. Porque es real que yo mencioné esperarlo. No, no voy a eliminarlo de mi mente ni de mi corazón, a pesar de sentirme un reptil, que enfria su sangre, que se mantiene en estado de letargo hasta el momento indicado. No, no quiero olvidarlo, y es por eso que siempre estará ese lugar muy dentro de mí que llevará su nombre, por si algún día el quisiera ser feliz a mi lado. No puedo evitar sentir que soy capaz de muchisimo más pero el estado anímico y físico ya no me lo permiten. No quiero eliminar todo sentimiento que existió, o existe aún por él, porque ME NIEGO A CREER QUE NUNCA PODRÉ COMPARTIR LO QUE ME PROPUSE CON ÉL. Pero es momento de avanzar, de crecer y aprender cosas nuevas, aunque esto no signifique conocer a otra persona, ni intentar reemplazar su lugar en mi corazón. Porque no es eso lo que yo quiero, solo quiero dedicarme de ahora en adelante a lo que me creo capaz de lograr y olvidar por un momento que hay cosas que no son tan fáciles de conseguir. Es momento de comprender que tan pequeña soy con relación al mundo.
La realidad es que lo amo profundamente y lo haré por mucho tiempo. Solo con escribirlo y saber que él ha podido comprenderlo, me es suficiente para continuar con mi vida, o al menos intentar levantar del suelo los pequeños pedacitos que quedan de ella, para disfrutar lo que si he conseguido lograr. Agradezco todo lo que él ha hecho por mí, porque me abrió los ojos al mundo, me hizo comprender que no siempre se gana, y aunque esta desilusión sea como un vaso de agua fría en mi rostro, estoy segura que más adelante comprenderé que por algo pasan las cosas, y que no es casualidad haberme topado con él. Que no hay tal cosa como el destino si no lo escribo yo con mis manos. Es por eso que ahora decido desprenderme, alejarme quiza un par de metros más de lo que ya estoy alejada, de mi sueño, de mi estúpida fantasía infantil de poder llegar a ser feliz, tal cual yo soñé. No niego que cada noche recuerde su rostro o sus labios, o resuene en mi cabeza alguna de sus palabras, y me haga recordar esa cuenta pendiente, pero sé que ahora soy mas fuerte, y que podré mantenerme en pie si algo sucede. Doy gracias por haberlo conocido, porque por él yo ahora entiendo las cosas de otra forma, respiro otro aire y aspiro a otras cosas.
Él lleva mi corazón en su mano, mi amor en su pecho y mi mano espera la suya, para cuando comprenda todo lo que soy capaz de hacer por él. Si tan sólo comprendiera que podría mover montañas si él me lo pidiera.
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