Ir a comprar forros en remis.

Así como lo dice el título. No hay mucho que agregar. Quizá detalle la situación. NO ME PASÓ A MÍ, le pasó a (vamos a cambiarle el nombre, no demos a conocer a la que se atrevió a cometer semejante acto bizarro) Juana. Descripción de la situación: Mamá no está en casa = casa sola = invitó a un chico. Digamos que el chico es uno de esos que con el solo hecho de dejarlos pasar te ganás el ticket de ida al infierno, es decir, no se puede dejar pasar. Acá viene el bajonazo: - ¿Tenés forros?, -No, ¿vos?, -Tampoco, - 'Taqueloparió. Consecuentemente viene el brainstorm de ideas de cómo conseguir protección. Se te ocurren mil cosas, ¿le revisás a tus viejos, le pedís al vecino? Nada. No hay; es como si justo hoy que necesitás, los preservativos se extinguieron. Te queda una sola chance, la última vida del Mario bross, y buen, no hay nada que perder. Como a quince cuadras de la casa hay una estación de servicioque porque está abierta hasta altas horas de la madrugada, le salva las papas del fuego a unos cuantos; los que viajan a la costa a las tres de la mañana de un viernes y no compraron yerba, los que van al telo y no compraron puchos, y los que tienen la casa sola y no tienen forros. Este es el plan- dice ella -Llamamos un remís y vas hasta la Ypf a comprar, que es lo único que está abierto a esta hora (3:12 de la madrugada), ¿dale gordo? Y pobre pibe acepta, y ahora viene la pregunta del millón. Como Juana no tiene telefono de línea, necesita usar el celular. No tiene credito. Él tampoco. Y buen, acá vengo yo, que le llamo el remís desde mi casa, previa explicación de la situación S.O.S. Cuando termino de reirme de sus desgracias, llamo al remís. Todo sale como esperado. Ella agradece al cielo que él tenía plata para pagarse el remís ida y vuelta y los forros. Yo me voy a dormir contenta con la satisfacción de haber hecho feliz a mi amiga, y buen, ella se va.. ¿a dormir?