Un nudo. Un nudo que hace una hora y media vengo amasando en lo más profundo de la panza. Dos palabritas tan simples que me dan tanto miedo. La vida me enseñó a tenerles miedo, a desconfiar porque siempre, o casi siempre, se utilizan con descuido. Y yo acá estoy, sintiendo lo mismo y sin poder gritarlo por miedo. Preferiría mil veces tenerte en este preciso momento acá adelante mío, decirte esas dos palabritas muy suave, y ver como tu cara se transforma. No me sirve decírselo a un monitor, necesito una garantía, necesito algo de qué agarrarme, porque mis rodillas se van a aflojar. Lo se. Se que soy cobarde, pero intento autoprotegerme de la gente que puede hacerme daño. No digo que vos vayas a dañarme, pero no me quita el miedo.
Quiero decir esas dos palabras, quiero sentirlas en mi boca y cuando pronuncie la segunda, terminar con una sonrisa y toda la cara sonrojada. Quiero que me devuelvas esa sonrisa, y que me hagas feliz con tu respuesta. Una parte de mí siente que voy a fallar, que simplemente estás jugando para ver hasta donde llega mi capacidad de boicotearme y quedar como un tonta, y otra parte me dice que sos tan o más inseguro que yo y vos, como yo, necesitas esa garantía, esa confirmación de que la otra parte va a estar en el mismo nivel, en la misma situación que vos.
Estoy en la misma situación que vos, sólo que yo no puedo decirle las cosas a un monitor.
Te amo.
No comments:
Post a Comment