Monday, March 9, 2009

Cansancio.

Ya perdí la fuerza, el coraje, perdí la valentía, las ganas de llorar, las lágrimas se me terminaron, las ganas de reir se esfuman cada vez que recuerdo imágenes tuyas. Por más que me esfuerzo en olvidarte, no me puedo negar a mi misma que formaste y seguís formando gran parte de mi vida. Intento no recordarte pero cada silencio que se me presenta es una pausa en la que inevitablemente miles de recuerdos me vuelven a la mente y me invaden. Mientras ocupo mi tiempo en no pensar, haciendo cosas que debo hacer, visitando amigos, durmiendo, no estoy mal, pero son esos momentos en los cuales no tengo nada para hacer, como cuando estoy por acostarme, o cuando me levanto, que no puedo evitar sentirme completamente vacía. Y a pesar de que intenté probar suerte en otros brazos, abandoné la falsa ilusión de poder reemplazarte con otros besos, porque tu compañía es inigualable. Aún no entiendo por qué me empeciné en poseerte, en ser de vos. No quise y se que todavía no quiero darme cuenta que no es posible. Generalmente siempre tuve la costumbre de convencerme de que algo no se podía cuando la realidad era que no se podía, pero no paro de darme cuenta que vos en todos los aspectos de mi vida me hiciste creer que sí, a pesar de que dentro, muy dentro de mí, yo estaba segura de no poder lograrlo.
Me diste el pie para hacer crecer este amor ciego, que no me deja abrir los ojos y darme cuenta que debo terminarlo. Lo peor no es no poder darme cuenta, en realidad es no querer. No voy a mentir, aún te amo. Aún deseo ser YO. Es horrible pensar que sintiéndome frustrada como me siento, así, vacía, incompleta, aún me pregunto qué es lo que necesitás VOS para ser feliz, y pretendo dártelo. Me siento en parte tan hueca, odio no reaccionar, odio no querer reaccionar y vivir una mentira. Daría todo porque me amaras y pudieras estar conmigo, TODO. Ya no se como sentirme, como actuar, intenté mil cosas para olvidarte, leí libros, probé otros brazos, hasta volví a encontrarme con viejos amigos que me hacían olvidar todo en mis épocas de problemas constantes, recurrí a la ayuda profesional, a mi madre, a mis mejores amigas, a mi almohada, al sueño. Recurrí a cuanto ente se cruzó por mi vida, sin éxito. Querría volver al día en que me decidí esperarte ciegamente. Amaría poder mantener esa decisión sin haber puesto en la balanza todo lo que siento y haber descubierto que en realidad no puedo sentarme a esperar y ver como pasa el tiempo y yo me destruyo ilusionandome.

No comments:

Post a Comment