Frecuentemente, como siempre, me encuentro pensando en vos. En cómo estás, en qué fue de vos, en vos. Pienso en lo mucho que me enseñaste, en la gran marca que dejaste en mi vida, en cómo (si es que tengo derecho a suponerlo) dejé una marca en la tuya.
Me gusta creer que pudiste por fin alejarte por completo de mí, de mi toxicidad y mi autodestrucción. De mis problemas y complejos. Y que hoy sos feliz. Me gusta pensar que es realmente así. Me hace más fácil vivir, hoy, que se me hace tan cuesta arriba.
No voy a dejar de tener nunca curiosidad por saber como estás por más que haya perdido todo derecho a averiguarlo y ya ni siquiera lo intente. De hecho espero y supongo que no vas a volver a entrar acá.
A fines de dejar las cosas en claro, y liberar mi pecho de varios pensamientos, debo mencionar lo siguiente:
Se que no va a haber nadie en el mundo por quien llegue a sentir jamás el nivel de amor que sentí por vos.
Más allá de los disgustos, las diferencias y las discusiones, no va a haber tiempo más lindo que el que compartimos juntos, y llevo esos recuerdos en lo más profundo de mi corazón.
Y además de todo, quizá jactándome de algo de lo que no tengo derecho, nadie me va a amar como lo hiciste vos, tan desinteresadamente, de forma tan completa, sin juzgarme, o al menos intentando no hacerlo.
Llegados mis 25 años sentí necesario hacer un balance de mi vida al día de hoy. Me equivoqué y me equivoco mucho, como todos. Pero aprendí de vos, y me brindaste la capacidad de autocrítica, de comprender las consecuencias de mis actos, de pedir perdón, de corregir. Y hoy en día me vendría tan bien tenerte de crítico...
El viernes 26/5 festejé junto a gente que quiero mi cumpleaños en Crobar, viendo a uno de los djs que más me gustan y que conocí gracias a vos. Tenía a Len Faki parado a un metro de distancia. Y además de una felicidad infinita me invadió la sensación de que estabas ahí por más que es posible que no fuese así. Solo lo sentí porque fue ese mismo dj al que vimos juntos en una UMF de la que aún tengo muy buenos recuerdos y sensaciones. Y sentí que hubiera sido hermoso poder compartir esto una vez más.
Esta melancolía me va a acompañar toda mi vida, en parte porque tampoco quiero abandonarla. No se si puedo permitirme dejarla atrás sin sentir que estoy olvidando una parte importantísima y hermosa de mi vida. Sería superarlo y no puedo, ni quiero. Intenté querer a alguien más, (y espero que vos lo hayas hecho también) pero no se si estoy lista, o si alguna vez voy a volver a estar lista.
Y ahora simplemente vivo el día a día, intentando ocupar cada segundo libre de mi tiempo para sentir que no desperdicio mi vida. Entreno, veo a mis amigos, a mi familia, cocino, tejo, veo muchas series, salgo (mucho), igual que cuando me conociste, no paro de salir. Sé internamente que estoy intentando compensar algo, llenar un vacío. Y es muy factible que sea así, pero también sé que en este momento me siento contenta conmigo misma.
Me deshice de gente que me hacía daño, me reencontré con (casi) todos aquellos seres queridos a quienes por algún motivo había dejado de lado, me esfuerzo mucho más por estar presente. Si estuvieras acá conmigo sé que te quejarías porque no tengo un segundo libre, y en el momento en que se me libera un rato de cualquier día, en cualquier horario, logro encontrar algo para hacer casi instantáneamente.
Siempre fui de hacer mil cosas al mismo tiempo, lo sabes y es algo que no creo que cambie porque el tiempo de ocio me sirve solamente bajo una condición, que hoy no se cumple. Disfrutar sola de estar tirada en un parque con el mate, o con un porro de noche, no tiene sentido. Solo lo tendría de estar con alguien a quien quiera lo suficiente como para no necesitar nada más, y hoy no es así.
Me hiciste muy feliz, más feliz de lo que en toda tu vida vas a poder dimensionar. Y si bien estoy segura de que no voy a volver a sentir nunca esa felicidad, no me entristece, porque sé que la mayoría de las personas no tienen tanta suerte, y jamás llegan a conocer esa sensación de que se te explote el pecho, de no poder respirar durante un beso, de fundir toda la fuerza de dos cuerpos en un abrazo. Y me siento orgullosa de saber que yo sí.
Hoy no es una fecha relevante en ningún aspecto, pero me levanté después de soñar con vos y creí justo escribir, después de mucho tiempo, esto que tenía guardado.